Según los investigadores James y Peter D'Adamo la buena o mala asimilación de los alimentos está condicionada por nuestro grupo sanguíneo hasta el punto de que en cada grupo -A, B, AB y O- hay alimentos que son perjudiciales, otros beneficiosos y otros neutros. Es más, aseguran que muchas enfermedades pueden deberse al mero consumo de alimentos no adecuados para nuestro grupo sanguíneo. Otros, en cambio, nos ayudarían a sanar. Incluso afirman que en ello está la razón de que muchas personas no consigan adelgazar cuando se ponen a dieta.
Clasifica los alimentos en relación con los cuatro grupos sanguíneos en beneficiosos, neutros y desaconsejados. Los primeros son -en cada grupo sanguíneo- los que desarrollan un papel nutricional óptimo asegurando además una actividad antioxidante, antimutágena y anticancerígena. Podríamos decir que son "alimentos medicinales". Los segundos llevan a cabo un papel meramente nutritivo. Y los terceros son los que contienen sustancias no digeribles para los individuos de un determinado grupo sanguíneo debido a sus lectinas específicas porque provocan la reacción defensiva del sistema inmune que los aglutina para poder luego eliminarlos.
Grupo sanguíneo O: Casi la mitad de la población mundial es O. Es es el grupo más común y el más antiguo, ya que existe desde que existe el hombre. Se desarrolló cuando el hombre nómada, cazador y recolector de alimentos. Por eso en general son personas fuertes con un sistema inmunitario potente y muy activo, tendencia a una actividad tiroidea lenta, dificultad de adaptación a nuevas condiciones ambientales y nutricionales, bienestar con actividad física o deportiva regular e intensa y un aparato digestivo muy eficiente capaz de metabolizar dietas ricas en proteínas. Estas personas deben consumir muchos y variados vegetales frescos (menos col y coliflor), carnes magras, pescado y marisco (salvo pulpo, salmón ahumado, arenques en salazón, caviar y pez gato así como el pescado salado, secado o en conserva), mantequilla, quesos frescos magros y los quesos de soja.
Limitarán o evitarán comer leche, lácteos, quesos y huevos, las bebidas gaseosas, las colas y el café prefiriendo el té y eliminar prácticamente de su dieta los cereales, ya que son los alimentos que más les engordan, la carne de cerdo, los embutidos, las carnes en conserva y los alimentos en salazón, las habas, alubias, lentejas, patatas y frutas como elaguacate, melón, naranja, kiwi y fresa,
Conviene que practiquen alguna actividad física de forma regular y en presencia de problemas utilizar productos fitoterapéuticos o infusiones de diente de león, menta, olmo, fucus, tila, alholva, regaliz, lúpulo y rosa canina. Y evitar las de equinácea, áloe, bardana, genciana, barba de maíz o ruibarbo.
Grupo sanguíneo A: Estas personas son algo más del 35% de la población mundial y fue el segundo grupo en aparecer en el ser humano, cuando éste descubre la agricultura y se adapta a su nuevo estilo de vida más sedenterio y basado en la agricultura y la pesca. Presentan un sistema inmunitario vulnerable, una buena adaptación a condiciones ambientales y nutritivas estables, bienestar con una actividad física o deportiva relajante, un aparato digestivo frágil que tolera mal la carne, la harina de trigo, la leche y los lácteos, y al que le va mejor una dieta vegetariana rica en cereales y legumbres. Por eso deben basar su dieta en los vegetales y las carnes blancas, la soja, la piña y los frutos secos (excepto nueces brasileñas y pistachos), consumir pescado sólo en pequeñas cantidades (carpa, mero, bacalao, merluza, salmón, sardina, trucha) excluyendo los pescados planos como el lenguado y la platija, evitar los embutidos y los alimentos salados y ahumados.
Les beneficia la práctica de actividades físicas relajantes (yoga, Tai-Chi, bicicleta, natación, excursiones...) y en caso de malestar el uso de productos fitoterapéuticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equinácea, valeriana, áloe, bardana y espino albar pero evitar la barba de maíz y el ruibarbo.
Deben elegir actividades físicas y deportivas relajantes que exijan sólo esfuerzos moderados.
En caso de malestar utilizar productos fitoterapéuticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equinácea, eleuterococo, regaliz o espino blanco pero evitar las de tila, lúpulo, áloe, barba de maíz y ruibarbo.
Es decir, que cada grupo sanguíneo por evolución, tiene unas características determinadas que le hacen compatibles a unos alimentos y tener cierta intolerancia a otros. Si eliminamos de nuestra dieta lo que no asimilamos bien, podremos evitar ciertas alergias, problemas digestivos y perder peso.
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Grupo sanguíneo O: Casi la mitad de la población mundial es O. Es es el grupo más común y el más antiguo, ya que existe desde que existe el hombre. Se desarrolló cuando el hombre nómada, cazador y recolector de alimentos. Por eso en general son personas fuertes con un sistema inmunitario potente y muy activo, tendencia a una actividad tiroidea lenta, dificultad de adaptación a nuevas condiciones ambientales y nutricionales, bienestar con actividad física o deportiva regular e intensa y un aparato digestivo muy eficiente capaz de metabolizar dietas ricas en proteínas. Estas personas deben consumir muchos y variados vegetales frescos (menos col y coliflor), carnes magras, pescado y marisco (salvo pulpo, salmón ahumado, arenques en salazón, caviar y pez gato así como el pescado salado, secado o en conserva), mantequilla, quesos frescos magros y los quesos de soja.
Limitarán o evitarán comer leche, lácteos, quesos y huevos, las bebidas gaseosas, las colas y el café prefiriendo el té y eliminar prácticamente de su dieta los cereales, ya que son los alimentos que más les engordan, la carne de cerdo, los embutidos, las carnes en conserva y los alimentos en salazón, las habas, alubias, lentejas, patatas y frutas como elaguacate, melón, naranja, kiwi y fresa,
Conviene que practiquen alguna actividad física de forma regular y en presencia de problemas utilizar productos fitoterapéuticos o infusiones de diente de león, menta, olmo, fucus, tila, alholva, regaliz, lúpulo y rosa canina. Y evitar las de equinácea, áloe, bardana, genciana, barba de maíz o ruibarbo.
Grupo sanguíneo A: Estas personas son algo más del 35% de la población mundial y fue el segundo grupo en aparecer en el ser humano, cuando éste descubre la agricultura y se adapta a su nuevo estilo de vida más sedenterio y basado en la agricultura y la pesca. Presentan un sistema inmunitario vulnerable, una buena adaptación a condiciones ambientales y nutritivas estables, bienestar con una actividad física o deportiva relajante, un aparato digestivo frágil que tolera mal la carne, la harina de trigo, la leche y los lácteos, y al que le va mejor una dieta vegetariana rica en cereales y legumbres. Por eso deben basar su dieta en los vegetales y las carnes blancas, la soja, la piña y los frutos secos (excepto nueces brasileñas y pistachos), consumir pescado sólo en pequeñas cantidades (carpa, mero, bacalao, merluza, salmón, sardina, trucha) excluyendo los pescados planos como el lenguado y la platija, evitar los embutidos y los alimentos salados y ahumados.
Les beneficia la práctica de actividades físicas relajantes (yoga, Tai-Chi, bicicleta, natación, excursiones...) y en caso de malestar el uso de productos fitoterapéuticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equinácea, valeriana, áloe, bardana y espino albar pero evitar la barba de maíz y el ruibarbo.
Grupo sanguíneo B: Apenas un 12% de la población mundial tiene este grupo, que apareció junto a la ganadería en poblaciones seminómadas que necesitaban llevar consigo sus alimentos, y la incorporación a la dieta humana de los granos. Estas personas tienen un sistema inmunitario activo, facilidad de adaptación ambiental y nutricional, bienestar con actividades físicas o deportivas moderadas y equilibradas, y un aparato digestivo eficiente que le permite seguir una dieta variada y equilibrada con leche y lácteos pero que posee poca tolerancia a los embutidos, la carne de cerdo, el marisco, las semillas y los frutos secos. Por eso deben llevar una dieta variada y equilibrada, consumir abundantes frutas y hortalizas de hoja verde, carnes magras , consumir pescado, consumir huevos, leche y productos lácteos (es el único que los tolera bien).
Limitar los productos a base de trigo y maíz, semillas y frutos secos.
Evitar el pollo y el cerdo así como los embutidos, los mariscos, no se recomiendan las gambas, los cangrejos, la langosta, los mejillones, las ostras, las almejas, el pulpo, las anchoas, la anguila y los caracoles
Practicar actividades físicas moderadas y equilibradas como los ejercicios aeróbicos, la bicicleta, la natación, el yoga o el tenis.
Utilizar en caso de malestar productos fitoterapéuticos o infusiones de salvia, menta, ginseng, eleuterococo o regaliz pero evitar las de tila, lúpulo, ruibarbo, áloe, barba de maíz y alholva.
En cuanto a los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo B son el maíz, las lentejas, los cacahuetes, las semillas de sésamo, el trigo y el trigo sarraceno favoreciendo el adelgazamiento los vegetales de hoja verde, el té de palo dulce, la carne -especialmente la de hígado-, los huevos y los lácteos.
Grupo sanguíneo AB: Es el último grupo en aparecer como consecuencia de la mezcla del resto debido al aumento de población y al contacto entre las diferentes etnias. Apenas lo tiene un 4% de la población mundial y posee tanto las cualidades como las carencias de los otros tres. Son personas que tienen un sistema inmunitario vulnerable, facilidad de adaptación a las
condiciones de vida modernas, bienestar con una actividad física o
deportiva relajante que exija esfuerzos moderados y un aparato digestivo
frágil que precisa una dieta mixta moderada y tolera mal las carnes
rojas, la pasta, las alubias y los frutos secos. Por eso deben consumir pescado y marisco (menos la langosta, las gambas, los cangrejos, las ostras, las almejas, el pulpo, la lubina, las anchoas y la anguila), leche, lácteos y quesos, frutas y hortalizas y dar prioridad al aceite de oliva. Eliminar además de el consumo de las carnes
rojas, la pasta, las alubias y los frutos secos, los encurtidos, la pimienta y el vinagre.Limitar los productos a base de trigo y maíz, semillas y frutos secos.
Evitar el pollo y el cerdo así como los embutidos, los mariscos, no se recomiendan las gambas, los cangrejos, la langosta, los mejillones, las ostras, las almejas, el pulpo, las anchoas, la anguila y los caracoles
Practicar actividades físicas moderadas y equilibradas como los ejercicios aeróbicos, la bicicleta, la natación, el yoga o el tenis.
Utilizar en caso de malestar productos fitoterapéuticos o infusiones de salvia, menta, ginseng, eleuterococo o regaliz pero evitar las de tila, lúpulo, ruibarbo, áloe, barba de maíz y alholva.
En cuanto a los alimentos que favorecen el aumento de peso en las personas del tipo B son el maíz, las lentejas, los cacahuetes, las semillas de sésamo, el trigo y el trigo sarraceno favoreciendo el adelgazamiento los vegetales de hoja verde, el té de palo dulce, la carne -especialmente la de hígado-, los huevos y los lácteos.
Deben elegir actividades físicas y deportivas relajantes que exijan sólo esfuerzos moderados.
En caso de malestar utilizar productos fitoterapéuticos o infusiones de manzanilla, cardo mariano, equinácea, eleuterococo, regaliz o espino blanco pero evitar las de tila, lúpulo, áloe, barba de maíz y ruibarbo.
Es decir, que cada grupo sanguíneo por evolución, tiene unas características determinadas que le hacen compatibles a unos alimentos y tener cierta intolerancia a otros. Si eliminamos de nuestra dieta lo que no asimilamos bien, podremos evitar ciertas alergias, problemas digestivos y perder peso.
Curioso esto del grupo sanguíneo. De verdad funcionara?
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