Tal y como están las cosas, no todas podemos ir a un salón de belleza muy amenudo, así que vamos a convertir la tarde de ese día lluvioso o aquel en el que nos han dejado solas en casa para dedicarnosla a nosotras y tener una sesión que nos deje como nuevas.
Empezaremos por exfoliar tanto el cuerpo como la cara. Hay en el mercado un montón de productos para hacerlo de todos los precios, pero también podemos optar por productos naturales y caseros como pueden ser gel desmaquillador mezclado con una cucharadita de sal fina aplicado en movimientos circulares sobre la piel mojada en la cara y café molido igualmente para el cuerpo. Hay que tener cuidado con la zona del contorno de ojos, pecho y cuello, ya que son muy delicadas. Aclararemos con abundante agua.
La exfoliación del cuerpo es mejor hacerla en la ducha y luego darnos un extra de hidratante como puede ser un serum.
Una vez exfoliado el rostro, nos vamos a aplicar unos vahos de infusión de manzanilla con efecto calmante y que nos abrirá los poros. Ponemos la infusión caliente en un recipiente y tapándonos con una toalla la cabeza, acercamos el rostro lo más posible.
Y ahora, con los poros abiertos, eliminaremos las espinillas y puntos negros ayudándonos de un pañuelo de papel para evitar que se nos infecten o mejor aún un sacabarros que habremos limpñiado con alcochol. Si el poro no está abierto, déjalo o sólo conseguirás dejarte una marca.
Es el momento de la mascarilla. Hay una mascarilla para cada problema y tipo de piel. Aquí ya hemos visto algunas, pero hoy simplemente vamos a ponernos una que nos suavizará la piel despues de la limpieza hecha con una manzana cocida y triturada cuando ya esté fría y ponerla durante 10 ó 15 minutos sobre el rostro. La retiraremos con agua tibia.Podemos aprovechar también para darnos un extra de hidratación en los labios.
Una vez retirada la mascarilla y con la cara bien seca aplicaremos el tónico para cerrar los poros y nos daremos nuestra crema hidratante habitual.
Y le toca el turno al pelo. Una vez lavado con un champú que cubra nuestras necesidades y aclarado con abundante agua para que no queden restos de jabón, aplicaremos una mascarilla para nutrirlo bien. Sé generosa, no te cortes a la hora de aplicártela y sin aclararlo, sécatelo con el secador y luego, si tienes plancha de pelo, pásala mechón a mechón. Intenta no aclarartelo hasta el día siguiente y hazlo sin enjabonarlo.
No podemos olvidarnos de los pies y las manos. Ya los tenemos exfoliados y relajados así que aplicaremos una capa de crema hidrtante corporal y nos pondremos unos guantes y unos calcetines, a poder ser de algodón y dejaremos que actúe como mínimo media hora. Si puedes más, mucho mejor. Insiste al dar la crema en cutículas, talones, y zonas en las que te sueles notar más rugosas.
Aprovecha también para recortar las uñas, quitar cutículas, limar y si te gusta, pintatelas.
Y listo. Ya estamos guapas y relajadas para seguir batallando cada día.
Empezaremos por exfoliar tanto el cuerpo como la cara. Hay en el mercado un montón de productos para hacerlo de todos los precios, pero también podemos optar por productos naturales y caseros como pueden ser gel desmaquillador mezclado con una cucharadita de sal fina aplicado en movimientos circulares sobre la piel mojada en la cara y café molido igualmente para el cuerpo. Hay que tener cuidado con la zona del contorno de ojos, pecho y cuello, ya que son muy delicadas. Aclararemos con abundante agua.
La exfoliación del cuerpo es mejor hacerla en la ducha y luego darnos un extra de hidratante como puede ser un serum.
Una vez exfoliado el rostro, nos vamos a aplicar unos vahos de infusión de manzanilla con efecto calmante y que nos abrirá los poros. Ponemos la infusión caliente en un recipiente y tapándonos con una toalla la cabeza, acercamos el rostro lo más posible.
Y ahora, con los poros abiertos, eliminaremos las espinillas y puntos negros ayudándonos de un pañuelo de papel para evitar que se nos infecten o mejor aún un sacabarros que habremos limpñiado con alcochol. Si el poro no está abierto, déjalo o sólo conseguirás dejarte una marca.
Es el momento de la mascarilla. Hay una mascarilla para cada problema y tipo de piel. Aquí ya hemos visto algunas, pero hoy simplemente vamos a ponernos una que nos suavizará la piel despues de la limpieza hecha con una manzana cocida y triturada cuando ya esté fría y ponerla durante 10 ó 15 minutos sobre el rostro. La retiraremos con agua tibia.Podemos aprovechar también para darnos un extra de hidratación en los labios.
Una vez retirada la mascarilla y con la cara bien seca aplicaremos el tónico para cerrar los poros y nos daremos nuestra crema hidratante habitual.
Y le toca el turno al pelo. Una vez lavado con un champú que cubra nuestras necesidades y aclarado con abundante agua para que no queden restos de jabón, aplicaremos una mascarilla para nutrirlo bien. Sé generosa, no te cortes a la hora de aplicártela y sin aclararlo, sécatelo con el secador y luego, si tienes plancha de pelo, pásala mechón a mechón. Intenta no aclarartelo hasta el día siguiente y hazlo sin enjabonarlo.
No podemos olvidarnos de los pies y las manos. Ya los tenemos exfoliados y relajados así que aplicaremos una capa de crema hidrtante corporal y nos pondremos unos guantes y unos calcetines, a poder ser de algodón y dejaremos que actúe como mínimo media hora. Si puedes más, mucho mejor. Insiste al dar la crema en cutículas, talones, y zonas en las que te sueles notar más rugosas.
Aprovecha también para recortar las uñas, quitar cutículas, limar y si te gusta, pintatelas.
Y listo. Ya estamos guapas y relajadas para seguir batallando cada día.
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