lunes, 18 de marzo de 2013

Falsos mitos en alimentación

En relación a los mitos alimentarios, existen leyendas acerca de ciertos alimentos sin ningún fundamento científico que nos hacen comerlos o no en situaciones concretas pensando que ayudan a adelgazar, que engordan o que son más o menos beneficiosos.
Vamos  a ver algunos...

El pan engorda

El pan es un alimento del grupo de los farináceos, rico en azúcares complejos, siendo el nutriente que necesitamos en mayor proporción. Ha de formar parte de nuestra alimentación diaria y lo que hace aumentar las calorías es, muchas veces, con lo que lo acompañamos. Lo que nos engorda es consumir a lo largo del día más energía de la que gastamos, no un alimento en concreto.

Los productos integrales adelgazan

Los cereales integrales se diferencian de los refinados en que tienen un mayor contenido de fibra y minerales, pero su contenido energético es el mismo. Es decir, contienen las mismas calorías. La fibra posee un poder saciante y puede ayudar en el control del peso porque evita comer más cantidad de otros alimentos. También regula el tránsito intestinal y evita los picos glucémicos. Por ello, es recomendable que los cereales que ingerimos sean integrales pero tampoco debemos abusar de ellos.

Los suplementos vitamínicos son necesarios para cubrir las necesidades nutricionales

Las vitaminas y minerales son micronutrientes, lo que significa que nuestro cuerpo los necesita en menor cantidad que los azúcares, las grasas o las proteínas, y si seguimos una alimentación variada y equilibrada vamos a cubrir nuestras necesidades diarias. Sin embargo, existe la falsa creencia de que hay épocas del año en que tomar suplementos vitamínicos refuerza las defensas, aunque si no existen deficiencias reales, administrar estos suplementos puede tener consecuencias negativas para la salud, incluyendo la aparición de nuevas enfermedades. Así, sólo se recomienda su consumo bajo prescripción médica. No creas que por ejemplo en primavera o en invierno te va a venir bien tomar más vitaminas, ya que si realmente no las necesitas te pueden perjudicar.

Beber agua durante la comida engorda

El agua es un alimento que no aporta calorías, por lo tanto no engorda, ya se tome antes, durante o después de comer. Es necesaria para vivir ya que hidrata nuestro cuerpo, transporta ciertos nutrientes y es el medio donde se realizan las reacciones químicas de nuestro metabolismo diario. Además ayuda a la eliminación de las toxinas depurando nuestro organismo. Es aconsejable tomar entre 1 y 2 litros de agua diarios.

Tomar la fruta como postre engorda

La fruta aporta las mismas calorías antes, durante o después de comer. La fruta es un alimento rico en fibra y, por este motivo, en el control del peso se recomienda incluso consumirla antes, ya que su poder saciante evita consumir mayor cantidad de otros alimentos. En definitiva, el aporte energético no interfiere en el orden en que se ingieren los alimentos sino en los alimentos que se eligen y su cantidad. Lo que evidentemente si es cierto es que hay unas frutas más aconsejables que otras en caso de que queramos adelgazar por su poder diurético o porque tengan menos azúcar, por ejemplo.

Los frutos secos engordan

Tampoco engordan los frutos secos por sí mismos. Y tienen efecto saciante que pueden ayudar a controlar el peso. Pero si se consumen en grandes cantidades y como suplementos de nuestra alimentación, nos harán ganar peso.

Las grasas vegetales son más sanas que las grasas animales

Las grasas vegetales o aceites son más saludables que las animales excepto las grasas de coco o palma. Estas dos grasas, aun siendo vegetales, son saturadas y, por tanto, perjudiciales. Tienen la capacidad de aumentar el colesterol sanguíneo y son perjudiciales para la salud cardiovascular. Estas dos grasas son más baratas y por ello se utilizan mucho en la industria alimentaria. Por lo tanto es importante leer las etiquetas y desechar los productos que contengan "grasas o aceites vegetales" pues utilizan el aceite de coco o palma. En cambio, los aceites de oliva y de semillas (girasol, maíz, soja) contienen grasas insaturadas que ayudan a reducir los niveles de colesterol en sangre. Su único inconveniente es que la industria alimentaria no los utiliza tanto porque son más caros.
Cualquier producto que se compre se debe leer la lista de ingredientes y elegir la que contenga aceite de oliva o girasol o soja o maíz. Si en la etiqueta sólo pone "aceite vegetal", es mejor  no utilizarlo.

Los productos light son más sanos y ayudan a adelgazar

Otro mito muy extendido en la actualidad es el de los productos light. El término light se utiliza para referirse a un producto cuando existe el producto no light o de referencia (por ejemplo, queso en porciones y queso en porciones light) y han reducido o eliminado como mínimo un 30% de las calorías totales. Esto significa que el producto light aporta menos calorías que el de referencia pero sigue teniendo calorías. Si se abusa de estos productos se puede desequilibrar la ingesta energética y consumir más energía de la que gastamos y, por lo tanto, hacernos engordar.

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